La población asentada en la frontera México-Estados Unidos está concentrada en
pares binacionales de ciudades adyacentes. En la literatura sobre la urbanización fronteriza,
en los medios masivos de comunicación, y en los medios políticos de ambos países, a esas
ciudades adyacentes se les llama frecuentemente "ciudades gemelas", "región fronteriza", ó
"metrópoli transfronteriza". El par de ciudades Tijuana y San Diego constituye el caso más
conspicuo por ser las ciudades que más población concentran en cada lado de la frontera y
por haber recibido más atención en la literatura. La visión de que existe una metrópolis
transfronteriza -de que cada par binacional de ciudades vecinas conforma una única ciudad o
región- implica que ambas ciudades tienen similares futuros e intereses. Esta visión enfatiza
la vecindad y las interacciones entre ambos lados de la frontera como argumentos para
sustentar el concepto de la unicidad de ambos lados. Por el contrario, resaltando las
características estructurales que estimulan el crecimiento urbano –características que son
diferentes entre ambos lados de la frontera - es posible explicar la unicidad de cada lado.
En esta investigación se propone que la visión de la “metrópoli transfronteriza” tiene
una débil sustentación teórica y empírica, y se presenta evidencia que sugiere que estamos
ante dos unidades urbanas adyacentes pero diferentes.
En este escrito primero se presenta las visiones de sociedad, región, y metrópolis
transfronterizas, luego se presentan críticas a esas visiones y evidencia empírica que sustenta
las críticas.
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